Naciones de violines
derrochan en orquestas
varias notas sublimes
Chelos acomodados en fila progresista
se alinean esperando que les toque
subir en altivo galope
a engalanar la melodía.
Celosos los vientos
se coronan como solistas.
En medio de la esbelta carrera de infinitas emociones
salen al encuentro
trombones
clarinetes
oboes
que arrasan en estampida
en esta obra bendecida
de tantas connotaciones.
Fagotes
tubas
contrabajos
suenan ahora
todos menos la guitarra
que se fué
a acompañar una trova
Que bello poema tan musical. Me encanta. Me alegra leer algo tan bonito. Un abrazo
ResponderEliminargracias Alicia por la visita!!
EliminarSuena a música en cada verso, convirtiendo un poema sinfònico de armonìa. Enhorabuena
ResponderEliminarun abrazo
fus
gracias Fus...abrazo!!
Eliminar