Ese desatino, y hablo de los necios,
intenta rozar lo burdo y lo ufano
un mercader deja reseña en lo sano
a una doncella virgen de los recios.
La dama que no sabe de desprecios
no es la esclava que supone el profano
es la hija del marqués de Cirano
nieta de nobles que vive de aprecios.
El más bellaco, que alertado piensa,
que va a huir de los pertrechos ileso
vejación que hizo de su recompensa.
El deleite en que cualquier sabueso
rubrique en su jornada más extensa
sus ansias de llevarlo de regreso.
¡Muy bien Andrés!!! Superándote!!!!
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ResponderEliminarSe te dan de miedo los sonetos. Yo siempre he encontrado una dificultad grande para elaborarlos. Enhorabuena!
ResponderEliminarMe parece impresionante como escribes.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Siempre un deleite el leerte Andre.
ResponderEliminarMil gracias por compartir tus escritos conmigo.
Besos.
Excelente, el soneto es muy bueno y el contenido muy original. Un gusto leerlo.
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