Soy el mar desvestido
que ignora la lluvia
que roza la luna
en vestido de plata
y cobija la noche
sus aguas saladas.
Por charcos de tristeza
amansaré la soledad
con mi corazón latiendo.
Seré otro nombre
en las sombras.
Un hechizo andrajoso
una palabra gastada
una hoja
del otro lado del sol.
¿Quién alejó mi mirada
del estremecimiento de los ojos?
Desde el ventiluz del ocaso
en la antesala
repaso
sin falsas expectativas
como un helecho en letargo
recibiendo los gritos del cielo
y temblando
cuando una nube pacifica
es tormenta.
¿Para qué habré apilado tantos otoños?
No hay certezas.
Solo se escuchará dentro de poco
que hubo una vez un hombre.
Hola Andrés,
ResponderEliminarCada vez me sorprenden gratamente más tus poesías.
Reitero lo dicho otras veces, es un verdadero placer leerte.
Un abrazo.
bueno muchas gracias como simpre son muy halagadores tus comentarios.....un abrazo!
EliminarEl mar, una fuente de inspiración, yo tengo la suerte de contar con él muy cerca, y no hay nada como pasear en un día con brisa, precisamente el otro día dejé un poema de una ondina,
ResponderEliminarfelicidades,
un saludo
gracias por pasar Juan....un abrazo!
EliminarTodo lamentos en ese mar salado que acompaña a la tristeza de tu desamor, aun asi un bello poema Andres.Bss
ResponderEliminargracias Isaboa!!
Eliminarmuy bello. mucho de eso experimento en este momento, besos
ResponderEliminargracias......saludos!!
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