En las arcas de la noche,
donde enriquecen los sueños,
desperté sin más conjuro
que suplicando en un ruego.
Tu sombra, tal vez sitiada
por la guerrilla del miedo,
y el temblor de mis mejillas
en el porqué y en los peros
Una legión de ideales,
en acechanza confesos,
armados con gallardía
se alistaron con los muertos.
Mi silencio, virginal,
y el tuyo parece eterno.
En el crujir de una hoguera,
las armas de los violentos
acortaron tu camino
cadencioso a lo perpetuo.
Se callaron tus palabras
en los arpegios del viento,
que deshojó las orquideas
y florecen en el cielo.
Gracias Andrés, bello.
ResponderEliminarEscribes tan bello que ni la muerte y el dolor opacan lo hermoso de tu pluma. Me encanta leerte y lo sabes. Gracias Andrés por permitirme disfrutar de tu poesia. Besos y feliz viernes!
ResponderEliminarEs triste y hetmoso a la vez.
ResponderEliminarEres una persona especial con un don muy valioso para escribir
Hola es la primera vez le leo ,y la verdad me conmuevo ,la muerte tanto como la vida son dignas de ser escritas y mas si se leen de esta forma con esos versos tallados con su tinte ,precioso ...abrazos al alma suya .
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